El grupo de trabajo ‘MIXOlepus’, que tiene por objeto conocer a fondo los brotes de mixomatosis en liebres y proponer soluciones prácticas, celebró en Madrid una reunión de seguimiento de las actividades que se llevan realizando desde el 2018, cuando por primera vez en España se detectó un brote de mixomatosis en liebres.
En primer lugar el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) mostró un resumen de los casos confirmados por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete durante la temporada 2018-2019 (más de 250 repartidos en 9 comunidades autónomas) y aportó datos sobre los casos detectados desde abril de 2019, que ya alcanzan 40, información que se detallará en breve. En este sentido, la Universidad de Oviedo, el Laboratorio de Algete y el IRTA-Cresa siguen realizando un intenso trabajo de laboratorio para conocer a fondo el virus, y se confirma que el virus que fue aislado el año pasado en liebres no ha sufrido cambios, por lo que nuestras liebres siguen padeciendo una mutación del virus de la mixomatosis del conejo. Como conclusión, todo parece indicar que la mixomatosis ha venido «para quedarse».
Ante la pregunta de «cómo se han quedado los cotos tras la mixomatosis», es complicado de responder por la ausencia de datos antes de que aparecieran los brotes. Las encuestas epidemiológicas analizadas por la Universidad de Córdoba apuntan a elevadas tasas de mortalidad en las liebres afectadas y a una rápida expansión de la mixomatosis desde los primeros focos en 2018. Por otra parte, los censos nocturnos de liebres en Castilla-La Mancha durante la pasada primavera, realizados por Artemisan y con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, apuntan a densidades medias de 7-8 liebres/100 hectáreas, cifras que se compararán con los resultados de los censos que se están realizando en estos momentos.
IRTA-CResa y Laboratorios Labiana mostraron los últimos avances en la adaptación de vacunas existentes frente a mixomatosis pero específicas para la liebre, un gran esfuerzo y en el que colabora el IRIAF de Marchamalo (Guadalajara), dependiente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Durante el mes de octubre sabremos si se abre la posibilidad de disponer de una vacuna en un breve espacio de tiempo, una herramienta que podría ayudar, en determinadas circunstancias, en el control de la enfermedad.
Por último, la Real Federación de Caza de España y Federación Española de Galgos han mostrado su compromiso para seguir colaborando en la conservación de la liebre y muy especialmente en la recogida de animales enfermos y muertos, una acción fundamental para conocer el impacto de los brotes de mixomatosis. Ambas entidades hacen un llamamiento a todos los cotos para que colaboren en este empeño, especialmente en aquellos territorios en los que se están detectando por primera vez (caso de Castilla y León). Hay que recordar que la caza de la liebre no se ha prohibido o restringido por las Administraciones Públicas en ninguna de las comunidades afectadas, habiendo sido los propios cotos los que decidieron no cazar la liebre o hacerlo con restricciones tras el brote del año pasado, con objeto de permitir la recuperación las poblaciones de liebres que hubieran resultado mermadas por la enfermedad.
El grupo MIXOlepus tiene previsto celebrar una jornada presencial en Madrid en los próximos meses para ofrecer todos los datos disponibles sobre la enfermedad y sus consecuencias, así como estrategias para frenar su incidencia.