Consideraciones a la hora de adquirir un galgo

Dentro de las consideraciones generales a tener en cuenta al adquirir un galgo están  la disponibilidad de tiempo y las cuestiones económicas,  aspectos, que pasamos a destacar a continuación.

La tenencia de animales, en general,  supone sacar horas de nuestra rutina diaria para su atención y cuidados,  cuanto más si   el animal elegido es un galgo, sus necesidades  aumentan. A la responsabilidad  que  ya supone,  hay que añadir unos horarios más o menos estrictos para su alimentación y  demás necesidades.

Es  recomendable,  sobre todo por comodidad y seguridad,   vivir lo más próximo a las instalaciones donde se encuentren los animales, si, por cuestiones de espacio esto no fuese posible,  deben ser visitados al menos dos veces al día, a primera y a última hora de la jornada laboral. En estas visitas, aprovecharemos para controlar comederos, bebederos, limpiar instalaciones, recogida de sólidos, limpieza con agua a presión de suelos y paredes  y aplicación de insecticidas y desinfectantes; de igual manera aprovecharemos para palpar y valorar  el estado físico de los animales, ya que si están en parques sueltos es fácil que puedan hacerse daño en sus juegos y retozos.

Una vez atendidas estas  primeras necesidades  es conveniente sacarlos a pasear. Sus paseos conforme se aproxime la época de competición se convertirán en un entrenamiento cada vez más intenso que como tal necesitarán de más horas de dedicación a lo largo del día.

 

LA CUESTIÓN ECONÓMICA está totalmente ligada a la que acabamos de exponer,  el ser dueño de este tipo de animales supone algo más que  suministrar el alimento necesario, aunque sea ello una prioridad y,   nos esforcemos en  comprar un  pienso de alta calidad  siempre adecuado a las edades y estados fisiológicos de los galgos,  y, no dejemos al azar ni un solo detalle en este sentido, contemplando todo el sinfín de variedades y gamas específicas que el mercado oferta. Independientemente de su procedencia  (unas veces los animales son un regalo de algún aficionado y otras veces son adquiridos a un precio variable según la genética y curriculum deportivo de los padres) , una vez estén en posesión nuestra,  deben seguir un protocolo de desparasitaciones internas y externas , vacunaciones  , implantación de microchip y apertura de pasaporte , todo esto se realizará de manera cronológica en los primeros seis meses de vida y ya de adultos al menos dos veces al año deben ser sometidos a un chequeo veterinario , de igual manera los animales deben tener unas instalaciones cómodas y adecuadas a la legislación vigente sobre bienestar animal , muy importante este aspecto ya que las instalaciones de los animales de compañía , dícese residencias caninas , perreras , criaderos …etc  están siendo sometidas a controles e inspecciones por parte de las autoridad competente de cada comunidad autónoma , siendo cada vez más intensas y estrictas , incluso procediéndose al cierre y a la imposición de fuertes sanciones económicas de algunas , ni que decir tiene que deben estar registradas en el Registro de Núcleos Zoológicos de la Comunidad donde se ubican.

La conjunción de los factores anteriormente mencionados nos permite hablar de  un coste medio anual de mantenimiento, que, según diferentes estudios, oscila entre  700 a 3000 € anuales, variando según raza, pelo y tamaño del individuo, cantidad que podría tacharse de descabellada y desproporcionada, pero que como queda explicitado tiene su perfecta justificación, porque podemos seguir exponiendo medidas que incrementarán los gastos. En determinadas épocas de entrenamiento y competición, habrá que enriquecer la alimentación  con vitaminas y complementos o con dietas elaboradas y formuladas específicamente para cada animal.

De manera opcional en nuestras instalaciones es conveniente disponer de andadores o norias que faciliten el entrenamiento de nuestros animales.

Durante la competición habrá que desplazarse a los diferentes  correderos lo que nos supondrá gastos de dietas y kilometraje.

A estos gastos rutinarios y previsibles,  hay que sumar imprevistos que nos puedan surgir como accidentes, traumas o patologías en nuestros animales que nos obliguen a solicitar servicios veterinarios de urgencia, que nos obligarán a un mayor o menor desembolso económico dependiendo de la gravedad y duración de los mismos.

Hemos hablado de la parte más sacrificada, que, sin duda, se ve recompensada por lo que  como cualquier afición o deporte nos aporta, además de la satisfacción personal que conlleva tener, criar y disfrutar de animales tan fieles y dispuestos a entregarlo todo, ESO SÍ QUE NO TIENE PRECIO.